sábado, 14 de abril de 2018

x minúscula



Esperaba que FACTOR X fuera un show de canciones y no de emociones prefabricadas. Lamentable que en el estreno jugaran así con las historias personales. Se perdió la verdad y el resultado fue una telenovela con una banda sonora forzada. Se supone que así buscaban que el público empatizara con los concursantes, personificados en dramas varios y el resultado fue un programa de testimonios cutre. EL DIARIO DE PATRICIA en modo superproducción. Una pena que un formato gigante se haga pequeño por fórmulas innecesarias. El entretenimiento de verdad no necesita parches ni efectismos. Aunque si esta terapia televisada hace bien a sus protagonistas, ¡que tiemblen los divanes! Después de la verdad de OT necesitaban un giro extra. Con esos guiones cero improvisados, que restan credibilidad al jurado, incluso al propio Jesús Vázquez. Mediaset se recrea en sus estrategias morbosas. No importa lo que sientan sus cobayas ni el espectador. Con esos planos de familiares perdidos en llantos y ánimos de hipérbole. Recuerdo que cuando emitió Cuatro el talent era más limpio, con la música como motor sin desengrasar. Es cierto que las reglas del juego (y el éxito) se han retorcido, que hay que generar noticias virales y memes en bucle. Aunque no me gusta nada que sea así.

Acabé con un ataque lumínico. Con un exceso de focos y tonos brillantes. Nada que ver con las biografías que retrataron, desde autolesiones a cuernos entre cantarines. Los jueces no ocultan ser un producto bien estereotipado, engullidos por un Risto bravucón. Con innecesario recurso a su tensión histórica con el presentador. Otra percha de la que tirar y con la que rellenar minutos, en lugar de dejar que las voces lo dijeran todo. Es cierto que Laura Pausini tiene genialidades, pero aún lejos del estado de gracia/adorable de LA VOZ. Es importante que alguien recuerde tanto a cadenas como productoras que el prime time no se merece emular a un chicle masticado hasta perder fuerza y sabor. Aprendan de los colegas internacionales, que condensan sin remilgos. Y, de paso, que no es necesario ir siempre al rebufo de lo que funciona. Ahora mismo el fenómeno talentoso pasa por los triunfitos, con las cuerdas vocales más expuestas imposible. Hasta han creado su rato youtubera, ¡más caja! Los formatos tienen su momento y este rescate creo que llega tarde. El estreno parece que en términos de audiencia no ha sido mal, pero tampoco ha sido la panacea. El doblete del próximo miércoles, noche en la que se supone se asiente, dirá si llega a ser rentable. Que las audiencias no son lo que eran, pero la inversión es mucho para que se pierda en la parrilla sin apenas repercusión. En un vistazo las redes se rindieron al folletín homotelevisado y el donut esperpéntico que ni indie ni transgresor.

Siempre salvaré a Jesús Vázquez como elemento de solvencia. Vestido de sport, con jersey anclado, en traje fashion o descamisado. No importa. Las prendas son mero adorno en un profesional que transmite pasión y cercanía. El espejo en el que otros podían mirarse, sin necesidad de caer en trampas ni torticerías, disfrutando de repartir el juego. No necesita protagonismo, eso es trabajar con garantías. Quizá tengan que pasar las audiciones y descubrir vozarrones como la que abrió fuego a lo Whitney Houston con su guitarra. Cuando alguien es capaz de dar la vuelta a un clásico tan versionado e imprimir su sello, todo se para. Es la magia de la música, que se reescribe y conmueve sin límites. Sin necesidad de experimentos baratos. Lo que llega, llega (y mucho). Despejen la X como se merece.  

# SÍ · Viendo el despliegue aquí hay una gran apuesta. Visualmente, salvo la exageración luminosa, todo es perfecto. En la línea del original.

# NO · Demasiada presencia del personal técnico en los planos, que tienen una importancia vital, pero hacer con ellos el seguimiento del estado de ánimo de los aspirantes resulta excesivo. Más minutos, más salseo.

viernes, 16 de marzo de 2018

Sin capa, pero con caspa



Son muchos años de telerrealidad. Demasiados. Tanto para notar el hastío de los formatos pioneros y las estrategias de sus protagonistas. Telecinco estrenó anoche la nueva temporada de uno de sus caballos ganadores, SUPERVIVIENTES. Y lo hizo un mes antes de lo habitual, para intentar frenar la crisis de audiencias y asegurarse contenido expansivo. El mismo que ocupa horas en sus magazines de turno o que se multiplica en la parrilla a antojo del programador. Llegando a ocupar tres noches sin despeinarse y contribuyendo así a la tristeza de opciones. Aunque prometían novedades y extrema dureza, la gala inaugural fue un calco de las anteriores. Este año cambian los ‘robinsones’, pero poco más. No cuenta renombrar los grupos y los utensilios de artesanía tribal. Véase collares o cetros de los líderes. Es cierto que han remozado el plató o la palapa hondureña, aunque esperaba una evolución más impactante. La sensación era retroceder en el tiempo en un espacio que ha perdido su identidad. Recuerdo su lanzamiento con anónimos y esa sensación de riesgo infinito. Algo que fue inversamente proporcional a la fama progresiva del casting. En su etapa por Atresmedia se cuidaba mucho la parte formal y los excesos eran algo edulcorados. Fue en su retorno a Mediaset cuando el amarillismo impregnó la aventura. Así han reformateado su isla con la suma de corazoneo, personajes basura, musculitos y silicona sin discreción. A estas alturas se agotan los nombres con mayúsculas y el resultado es un elenco ramplón, donde el mayor mérito es haber pasado por la cárcel o embarazar a la hija de una tonadillera con idéntica pena. Juzgar pues a los concursantes me parece absurdo, aunque defenderé la capacidad de superación de una Raquel Mosquera que tiene más agallas que pestañas postizas. Del resto, increíble la presencia del actor Adrián Rodríguez, que parece tenía muchas ganas de verse en este tinglado. Trabajo nunca le ha faltado, ¿habrán llegado sus horas más bajas?

Y hablando de protagonistas, Jorge Javier Vázquez está hecho para la refriega famosíl. De hecho, hizo olvidar su peor versión al frente de GRAN HERMANO. Locuaz, irónico, entregado. Se notaba que tenía ganas de dejar atrás el resto de sus compromisos e hincar el diente al tiburón de la supervivencia catódica. Fue antológica esa mediación a lo matrimoniadas entre Chabelita Pantoja y su aún marido, Alejandro Albalá. Poco quedaba del muchacho retraído y apocopado, enfundado en su traje fashion con los tobillos al aire. Como todas las lindezas que dedicó a su ex, escasa de reflejos. Y no precisamente en el pelazo. Dicen las corrosivas lenguas que ella impidió la presencia isleña del santanderino y el mejor de los males era verse las caras en Telecinco sin mediar exclusivas. Seguro que aprovechan la tensión para hacerse un DELUXE y engrosar más las cuentas cardiacas. Como cardiacos debió poner a muchos Lara Álvarez. Su belleza es abrumadora. De hecho creo innecesaria tanta muestra carnal. Es triste que la utilicen como mujer objeto, con un look perfecto, pero hace que su papel se distorsione. No pasó cuando José María Iñigo narró in situ el desarrollo de las pruebas. Aunque la asturiana borda su labor.

Es cierto que la noche de apertura es insuficiente para analizar el programa. Con los días y la aclimatación a las hostilidades surgen las tramas y se desdibujan los prejuicios con los perfiles de concursantes. Las pruebas dan siempre mucho juego audiovisual y los totales maléficos, más. El gran equipo que hace posible toda esta historia se dejará la piel para que el espectador medio se enganche sin remedio. Ahí es donde la estructura en cascada de Vasile obra el milagro. Minutos en bucle con los dimes y diretes que se hacen sorprendentemente virales. Veremos cómo va el desarrollo, aunque yo reconozco mi lejanía con la fórmula. La sensación de más de lo mismo me invadía. No aguanté todo el tiempo de emisión, pues vuelven a estirar imprudentemente el producto. El error en tiempos se notó en lo precipitado del final, descuidando la parte formal de nominaciones y comunicación a los grupos. Sobrevivirán como siempre y habrá carnaza sin filtros. Como amante de la cosa televisiva, espero y deseo que los mandamases apuesten por novedades de verdad. Estoy convencido de que tienen los cajones rebosantes de ideas geniales, pero al final ‘tiran más dos tetas de dos catetas’. Y sí, he reescrito el dicho. Aunque pensándolo mejor, la clave está en sumar los dos conceptos al cuadrado para que la cadena se asegure el minuto de oro. ¡Así nos va...!

# SÍ · A nivel técnico reconozco el esfuerzo y los grandes resultados.

# NO · Los vídeos de presentación eran un muermo total. Con apenas variantes de unos a otros. Con un esquema muy visto. Cero creativo.
  

domingo, 25 de febrero de 2018

A los hechos felicito



MIRA LO QUE HAS HECHO es, sin duda, la serie que necesitábamos. Un retrato vivo de nuestra sociedad, con la paternidad/maternidad como foco y la verdad como trasfondo. Porque sus tramas no necesitan de giros inesperados o grandes aspavientos, son situaciones reconocibles las que atrapan sin remedio. Berto Romero y todo su equipo han logrado entender que nuestro panorama de ficción estaba vagando sin mucho rumbo y han puesto la directa a la sencillez bien entendida. Aunque no hayas hecho el viaje de sus personajes, logras ponerte en su piel y sentir ese pellizco de realidad. La breve duración ayuda a que la historia no se pierda en tonterías, que capte lo esencial para sumar planos y procesar sus miedos, frustraciones y rarezas, casi a tiempo real. El elenco también permite que esa naturalidad sea la tónica, incluso con una concesión al surrealismo, con un Pepe Navarro sin taza ni bailarina tras la cortina. Aunque ya sabíamos que el humorista sabía alejarse de su personaje en plató, aquí rompe con todo lo anterior y se retrata con una genialidad aplastante. No son fáciles muchos de los momentos que se cuentan y él los hace posibles con cero complejos. La réplica de Eva Ugarte ayuda a que todo el universo se solidifique. Ambos han parido un proyecto único, traspasado el piel con piel y alentado a que otra narrativa es posible.

La familia, como un cosmos complejo, lleno de aristas y puntos de fuga, queda fotografiada con una comicidad brillante. Con puntos de humor incómodo, pero agradecido. Y otros más relajados, con estereotipos claramente reconocibles: el suegro insoportable, la cuñada alternativa y alocada, el hermano bobalicón y jeta, los padres de la guarde que son el lado oscuro, el amigo ‘consejero’ de aquella manera, el padre socarrón, la madre abnegada… Juntos afianzan al dúo protagonista en su devenir primerizo. Es interesante el planteamiento de la fama de él como elemento que suma, con sus bolos para recolocar situaciones o armarlas desde el principio. De hecho, se cuenta que fue en uno donde ellos se conocieron, manzana mediante. También que se integre el momento viral de YouTube, con los chavales como ajenos a su celebridad televisiva, patrocinados por marcas para retransmitir su adolescencia chunga. Dan en la diana de un fenómeno que aún estamos tratando de entender, en el que los consumos de entretenimiento se redefinen y alzan al estrellato a la completa absurdez. El propio Berto es víctima de este caos, como vestigio del pasado y, a la vez, reclamo de los likes más humillantes.

Es de aplaudir que Movistar+ se moje con una apuesta audiovisual tan potente. Su catálogo de títulos propios no para de crecer y de la mejor manera. VERGÜENZA es otro acierto en comedia, pero LA PESTE o LA ZONA demuestran que también saben armar dramas solventes. Si nos asomamos a la televisión generalista, la pésima programación es un lastre. Recordemos que el prime-time cada día arranca más tarde, por culpa de formatos horribles como HORA PUNTA o rellenos sin sentido, en Telecinco. Cuando no se desata la guerra y se juega al gato y al ratón con el espectador. Véase con LA VERDAD. Así cualquiera responde con gusto, frente al bajo demanda y su practicidad. Si a eso le sumamos  el metraje excesivo, apuestas como EL ACCIDENTE o TRAICIÓN se desinflan. Una lástima que no se replanteen cómo cuidar estas producciones, tan costosas y perfectas para construir una imagen de canal en positivo. Con la promoción ocurre igual. En MIRA LO QUE HAS HECHO han creado un evento bien calculado. Nos han llevado al paritorio y mostrado lo justo, para no perdernos la cara (catódica) del bebé. Sin olvidar lo bien que LATE MOTIV y Buenafuente han remado a favor. No es para menos siendo la productora que firma la criatura y el padre, pues uno más de casa con permiso para hacer reír. En cambio, si nos asomamos a Mediaset algunos ejercicios promocionales son cero creíbles, con los actores paseándose por platós sin ningún entusiasmo. Gajes del contrato.

La segunda temporada ya está firmada y parece que no faltarán los biberones. Aunque no sea muy amigo de los maratones, se trata sólo de seis capítulos y no podrás resistirte a darte el atracón. Al final habrás visto una ‘película’ que te hará sonreír, emocionarte y reflexionar, pues es una comedia romántica de las buenas. Nada de pasteladas, aquí los pañales no ocultan su regalito y lo políticamente correcto no rellena líneas de guion. ¡Enhorabuena!

# SÍ · La tónica habitual es que los elencos se llenen de rostros conocidos por eso de la solvencia y el marketing. Nada que ver. Aquí hay veteranos y gente menos popular, pero todos están al servicio de contar la historia con calidad.

# NO · Necesito más tiempo para encontrar algo chirriante. De momento, paso biberón…

martes, 13 de febrero de 2018

Coser y refritar



MAESTROS DE LA COSTURA no es un talent a medida, sino más bien un Zara de MASTERCHEF. La premisa de la moda prometía, como la elección del jurado y de una Raquel Sánchez Silva siempre brillante. Aunque el primer programa me ha demostrado que la productora Shine Iberia ha querido apostar a caballo ganador y ha hilvanado un primo hermano del concurso de los chefs amateurs. Todo el desarrollo es un calco, adaptado al lenguaje y las necesidades modísticas, pero la comparación resulta inevitable. Desde la disposición de los protagonistas en plató, los totales de los participantes con ese fondo que de utensilios de cocina ha pasado a recortables de maniquíes, la estructura de las pruebas clasificatoria, en exteriores y de eliminación, la rotulación y la gestión social de los aprendices con su nombre bien arrobado. Ejercicio que me parece bien para encender Twitter, algo que el community manager Abel Arana hace como nadie. Pero echo de menos presencia en redes como Instagram, donde explotar la creatividad de los candidatos y así mostrar sus orígenes cosidos y la posterior evolución. Alabo a la presentadora que sí hace olvidar el papelón fuera de lugar de Eva González, aunque no me gusta nada que peloteen sus estilismos. Es genial que ella haga visible la moda española, pero bastaría con un crédito en pantalla y no tantos aspavientos del trío de diseñadores. De ellos diré que me parecen demasiado forzados, con un papel demasiado aprendido, para garantizar el show. Ciertamente se complementan y puede que con más rodaje sean hasta efectivos. Si algo me gusta es que les desborda su pasión y no se amilanan si tienen que coger el trapo por los hilvanes. María Escoté no paraba con un baile de San Vito muy inquietante. Palomo Spain escenifica su exceso de pechamen y surrealismos con poca gracia. El más top es un Lorenzo Caprile entregado al aleteo de manos y al pique con el rebelde Eduardo. Petardadas, las justas. Por mucho que vista a La Terremoto de Alcorcón y pasee su mariconismo sin remilgos.

Las presentaciones de los aprendices se quedaron cortas y algunas llegaron un poco tarde para entender su enganche con la cosa costural. Después sobraron los momentos emocionales de las fotos de la abuela y demás familia, apelando ahí a algo que chirriaba. Me gustó mucho el paso a paso ilustrado de las pruebas. No sé si dará tiempo a copias masificadas, pero aportaba un elemento muy interesante de interacción con la audiencia. Tanto como el diccionario de los términos más técnicos, haciendo cómplices de la jerga a todos en casa. El plató en sí es una maravilla, espacioso y con perfecta iluminación. Dominando los colores cálidos y con tantas piezas que te transportan a los talleres de verdad. Todo sea para perderse entre telas y botones. La elección del casting final me pareció demasiado estereotipada. Que en GRAN HERMANO primen los personajes, más después de infinitas ediciones, es hasta necesario. Aquí estiran esos clichés en exceso del moderno chillón, al padre buenorro, la religiosa extrema, los gemelos come santos, la gasolinera Bratz, la modelo de pasarela, la mamá numerosa, el rarito… Que son peculiares, un rato. Que fuera necesario perfilar tanto sus singularidades, no lo tengo tan claro en un espacio que debe primar el talento fashionista. Fue sorprendente el peso de Dios en varios de los llamados a Cibeles. Mentando hasta el Espíritu Santo para un final feliz. Insólito.

Aunque creo que hubo momentos de tensión fingida, resalto positivamente el apoyo del jurado ante las crisis varias. Así como una Raquel implicada al máximo. Aplaudo la sala de deliberación de las prendas que, a diferencia de los platos, llega más el éxito o fracaso real. El ritmo del debut resultó mejorable, agradeciendo los toques de humor. Es un acierto que instruyan a los espectadores en la Historia de nuestra Moda, como el homenaje a un Pertegaz único. Una duda, ¿es necesario colar un libro de esto? Qué obsesión por estirar el dobladillo. Faltó que cualquiera insistiera en reciclar la ropa en contenedores solidarios o del H&M. La metáfora del costurero y demás era otra revisión de los cuchillos de los chefs. El premio de la máquina de coser, que en pantalla parecía pequeña y hasta básica, resulta pobre.  Y, por último, ahórrense los refranes con calzador. En resumen, que de aquí a alcanzar la maestría aún les queda mucha tela que cortar.

# SÍ · Es genial que la televisión se abra a otros universos, que explore y presente la esencia de nuestra moda. Un mercado que suma infinitos profesionales, que agradecerán tener una ventana de visibilidad.

# NO · La alargada sombra de tantos MASTERCHEF. Internacionalmente hay otras fórmulas con el diseño como clave que quizá tenían que haber reinterpretado, sin necesidad de calcar su propio producto.

martes, 6 de febrero de 2018

OT: Punto y final



“Todos somos únicos”, como bien recordaba Rosa de España antes de ceder el cetro triunfal. Aunque si hay alguien que lo es, y con mayúsculas, no es otra que Amaia, la pamplonica que nos ha robado el corazón en esta remozada OPERACIÓN TRIUNFO. El fenómeno fan es imprevisible y parecía difícil que una chica de gustos musicales inquietos, mezcla de timidez, ingenuidad y talento a raudales y con escaso marketing viral se convirtiera, a priori, en la ganadora del talent. De aquella nominación injusta en la gala 0 al aplauso unánime han pasado pocas semanas. Las suficientes para que no podamos imaginar nuestra música sin su voz. Anoche ejerció de ella misma, frente a unos compañeros muy solventes. Especialmente Aitana, brutal en su doblete de escenario, llamada a convertirse en la diva teen del momento. La gala empezó en alto, con un Raphael rejuvenecido. El detalle del collar de cuentas fue lo más. Hubiera sido un escándalo no contar con él en este show, con su hijo metido en el entramado.

El hit ‘Mi Gran Noche’ fue el mejor pronóstico. Aunque siempre hay peros. En mi opinión, los vídeos se alargaron en exceso y no se aprovechó la presencia en plató de los profesores y exconcursantes. Una pena, pues algunos como Roi apenas dieron juego, cuando fuera son todo un reclamo. Incluso se minimizó a las familias, relegadas al graderío, sin apenas planos de reacción o emociones en suma. Las escenografías fueron bastante pobres, salvo una Ana War que ha tenido a todo el programa a su favor. Ha encadenados numerazos cual guantes para desplegar artisteo del bueno. Otra cosa es que su voz no fuera poderosa. No perdonaré nunca que apeara de la final a un Agoney inmenso. Eso sí, el tango de la guerrera fue muy visual y el resumen perfecto de su gran evolución. Alfred fue él en estado puro y con trombón en gracia. Perfecta la presencia de Vicky, la coreógrafa, una bailarina de diez junto a su cuerpo de danzarines. Miriam no estuvo tan fina como de costumbre. El reto de cantar por Malú era un riesgo y no le salió nada redondo. Aitana hizo olvidar a Sia y se dejó caer. Maravillosa. Lo de Amaia fue un despliegue de grandeza. Aunque en la rueda de prensa de hoy reconocía que tuvo fallos al piano, lo que hizo con ‘Miedo’ fue una antología de su genialidad. Recordó mucho a lo que allí mismo se marcó Pablo López. Libertad para crear.

La duración del programa se fue de las manos. Terminar en horario de teletienda no resultó nada apropiado y ha acabado con media España ojerosa por su culpa. Y con el corazón en vilo por ese fallo de sonido. El mismo que jugó malas pasadas en el inicio y que se revolvió al final. Aunque David Bisbal demostró tablas e hizo lo que pudo con sus gorgoritos. Ante una Rosa muy desubicada y fuera de lugar en la lectura del sobre. Resultó gracioso el plano de toda la nueva hornada cantando su ‘Camina’ y el par de triunfitos mayores sentados sobre las escaleras del escenario. Como contemplando esta nueva realidad o competencia, según se mire. En realidad la recta final fue un despropósito, sin cuidar los detalles y salvando las naves. Cosas del directo. Aunque se sacan de la manga una gala extra en la que espero corrijan errores y sepan sacar chicha a esta generación. Su verdad ha conquistado. Hemos convivido con ellos a través de las múltiples pantallas. Nos han hecho partícipes de su aprendizaje, las dudas, los amores, los gallos, las bromas, las mechas surferas... Y es de reconocer la gran labor de la Academia, con una Noemí Galera en estado de gracia. La sombra de Nina era rizosa, pero no se esfumó desde el principio. Sin olvidar el papel de ‘Los Javis’, el dueto mejor engrasado que aún tiene mucho por contar. Sus clases eran lecciones de vida y cualquiera diría que estaban improvisando. Su potencial comunica todo el rato porque están siempre en línea. Ahora nos quedamos huérfanos de tantas historias, de los pases de micros, del comedor y Martí con sus cameos.

Ya nos dejan caer que pronto habrá una nueva edición, pero aún tienen que explotar a este grupo de voces. Con una Amaia coronada y todo un pueblo rendido a sus teclas. Porque ella es música. Que no perviertan nunca esa capacidad tan personal de transmitir las letras. Ni pretendan sacar un disco a toda prisa. Por delante tiene Eurovisión con su compositor de latidos favorito e infinitos acordes. Si no cambia será su verdadero triunfo.

# SÍ · El punto de tranquilidad de ambos. En el directo es una garantía.

# NO · Agoney merecía defender un tema en solitario. Su voz rotunda y esa ilusión como festivalero confeso hubieran garantizado un espectáculo memorable. 

martes, 30 de enero de 2018

Con el #Almaia en pie



Si algo ha definido esta reentré de OPERACIÓN TRIUNFO es la verdad de esta hornada de concursantes. Algo que las ediciones anteriores se diluyó tras el terremoto musical que supusieron los legendarios ‘triunfitos’. El espectador ha recobrado las ganas de compartir los sueños de estos jóvenes, especialmente ese target de edad que ha encontrado en las redes sociales un campo de contenidos infinito. Las tramas de la Academia han conquistado, sobre todo en lo que a amoríos se refiere. Desde el no, pero sí de Aitana y Cepeda, pasando por los armarios entornados de algunos y esos besos supuestamente coreografiados. Aunque el oro a los latidos en bucle se lo llevan Amaia y Alfred. Por separado representaban un perfil de músico desbordante de personalidad, con tics y rarezas como sello propio. Unidos son la nota más afinada, entre la ternura y esa ingenuidad que traspasa cada plano. Lo demostraron al piano íntimo de ‘City of stars’, protagonizando su particular película sin alfombra roja. Bastaba su complicidad y millones de voayeurs, testigos de la magia. Era buena estrategia pensar en ellos como dúo para Eurovisión. Otro ser altamente sensible, Raúl Gómez, ha firmado una letra que es un traje a medida de esta carpeta talentosa. ‘Tu canción’ es un regalo que emociona y hace conectar con los latidos rítmicos de la pareja. Es cierto que apostar por una pequeña gran balada puede ser un desatino. Salvador Sobral se sobró con su victoria y quizá los votos vayan a nuevas propuestas. ‘Lo malo’ era esa opción, pero el público parece que prefiere que Aitana War lo den todo al frescor del veraneo y las tarimas.

La gala de anoche fue muy sosa como espectáculo televisivo. Televisión Española y Gestmusic perdieron la oportunidad de crear un espacio más dinámico, cortando la escaleta cual programa al uso. Hasta las presencias internacionales quedaron deslucidas, por no hablar del jurado, que no juzgo su entidad, pero sí su carisma en las intervenciones. Salvando a la hermanísima Sobral. En cuanto a las puestas en escena me resultaron muy pobres, en general. Es cierto que el resto se tiene que dar en la cita de Lisboa, pero el talent ha demostrado que, cuando quiere, sabe poner patas arriba ese escenario. En el caso de #Almaia, el ying-yang del suelo sobraba, era demasiado ‘cutre-luz’. Ellos eran el todo y todo el mundo esperaba sus 'yoes' ancianos, bailando a la vida con pasión. El episodio beso, mi mente maléfica diría que alguien aconsejó se materializara en la votación final. En la rueda de prensa de esta mañana los medios preguntaban si chocarán sus labios en el magno festival. Al compás respondían que según lo sientan en el momento. El share sí que se resiente, pero para bien, cuando no ocultan ese magnetismo. Por mucho que la pamplonica se muestre recelosa, el marketing romántico siempre vende. A ver cómo se preparan de cara  a la gran cita. Por ahora tienen que afrontar la finalísima de esta operación tan bien orquestada. Miedo me da que acaben agotados con la cantidad de conciertos que anuncian, más la promoción y demás. Después de estos tres meses intensos es lógico que quieran aprovechar el tirón, siempre que no desdibujen los valores de estos chicos. El pasado nos dio muestras de las malas prácticas, aunque confío en que tengan las cabezas mejor amuebladas y asesoras a la altura.

Todos sabemos que Eurovisión en sí es un ejercicio muy politizado y geoamistoso. Es de elogiar la entrega de los eurofans, que cuidan todos los detalles y ayudan a mantener vivo el ADN de este encuentro de artistas y canciones. Habrá muchos españoles, dada la proximidad, que se desplacen hasta Portugal y se olviden de comprar toallas. O quizá encuentren unas con un bordado a lo #Almaia, símbolo de su éxito. Ojalá sepan mimar y presentar esta candidatura. Todo sea por acabar con los años fatídicos que llevamos a cuestas. Mientras tanto, fantasearemos con los doces en bucle y quién sabe si un Roberto Leal de maestro de ceremonias el próximo año. Será inevitable venirse arriba y escuchar el corazón contento de este par de enamorados. ¡Suerte y alma, #Almaia!

# SÍ · El punto de tranquilidad de ambos. En el directo es una garantía.

# NO · Agoney merecía defender un tema en solitario. Su voz rotunda y esa ilusión como festivalero confeso hubieran garantizado un espectáculo memorable. 

lunes, 29 de enero de 2018

Euroindecisión



Crecí con la sintonía de Eurovisión como banda sonora de momentos impagables. Desde bien pequeño me estudiaba la candidatura patria y no perdía de vista a los rivales. Fantaseaba con que todos los points fueran nuestros y que el galón se hiciera en un marco incomparable, a tope de brillo y tópicos. Nunca lo vieron mis ojos y mucho dudo que lleguen a verlo. A pocas horas del especial eurovisivo de OPERACIÓN TRIUNFO, no acabo de ver ningún tema como gran reclamo. Estaba claro que la tele pública apostaría por el formato de Gestmusic si el éxito acompañaba. Lo ha hecho y, de ahí, la confianza a los jóvenes cantores para defendernos en el histórico festival. Sin duda, musicalmente los cinco finalistas han demostrado capacidades y evolución en estos meses, así como alentar a las masas fanáticas. Otra cosa es que tenga el poso suficiente para afrontar una responsabilidad así. Sabemos que millones de espectadores siguen la noche y sus estribillos, al tiempo que la industria suele dar la espalda a los intérpretes que se suben al escenario infinito. Esta hornada, a excepción de Agoney (injustamente fuera del quinteto final), mostraba poco interés (nulo, diría) por recibir el ‘honor’ de ser el rostro y la voz eurovisiva. Es más, una vez recibidas las canciones de manos de sus compositores han demostrado unas actitudes poco respetuosas, con episodios de ego y soberbia que las cámaras mostraron en el 24 horas y valieron más de una bronca de la Directora de la Academia, Noemí Galera, y el resto de profesores. Cualquiera puede entender que opinen y quieran definir sus futuras carreras, algo que los pioneros ‘triunfitos’ no supieron cuidar. Véase la frustrante trayectoria musical de Rosa ‘de España’. El pseudo GRAN HERMANO al que han estado sometidos, sirviendo mucho material más allá de lo artístico, ha dejado en evidencia un lado menos naíf del que nos querían vender. El caso es que hoy se sabrá qué tema de los nueve aspirantes irá a Lisboa. Contará con mucho apoyo, pues la cercanía asegura que muchos eurofans tengan ya sus entradas de precio astronómico. Sinceramente, me cuesta apostar y visto algunos comportamientos de la audiencia, como mantener a una Ana Guerra escasita en lo vocal frente al poderosísimo Agoney, lo mismo tenemos sorpresa. No repartiré puntos desde un plató con croma, pero sí diré qué me parece cada canción.

| CAMINA | Grupal | Es un regalo que se han hecho los concursantes y que les reportará sus buenos royalties. Al estar concebido para los dieciséis y haberse colado en nuestras vidas catódicas, no me parece una apuesta de éxito. La versión final ha quedado bastante digna, pero se echan mucho de menos voces icónicas. Se quedaría corta por mucha coreografía o puesta en escena.

| AL CANTAR | Amaia | La pamplonica es un seguro de vida. Este tema conecta con la emoción de este momento que atraviesa y, sin duda, ha conseguido hacerlo suyo. Por mucho que a Rozalén, su autora, no le hagan demasiada gracia algunos cambios. Muestra su color de voz, pero podría perderse en la inmensidad de la gala.

| ARDE | Aitana | Como canción es la que más me motiva. Desde el primer momento se hizo con ella y potenció el lado más intimista. La muchacha será la nueva diva pop adolescente, no me cabe la menor duda. Yo soy más fan de su modo balada (‘Procuro Olvidarte’ me mató) que del efectismo bailongo. Aquí despliega su mejor versión. Tiene carisma y podría enamorar. Eso sí, sus nervios y las dudas de adolescente en ebullición (Vicente vs. Cepeda) restarían efectividad.

| QUE NOS SIGAN LAS LUCES | Alfred | Fue uno de los más críticos, por mucho que el autor resultó un tipo encantador. El tema es un guante, aunque él se empeñe en voltearlo una y otra vez. La anarquía del catalán no me gusta ni un pelo. Sus caras al cantar generarían rechazo y sorpresa, a partes iguales. Por subidito no le daría esta oportunidad.

| LEJOS DE TU PIEL | Miriam | Una gran canción, que en ella se me queda un poco plana. Porque la gallega será muy buena alumna, capaz de demostrar una versatilidad importante, pero a nivel emoción se me queda muy justita. No sería ni de lejos una Pastora Soler o Ruth Lorenzo, aunque como primer single sería solvente.

| EL REMEDIO | Ana Guerra | Soy poco objetivo con esta chica, porque creo que como artista, a nivel de numerazos, ha despuntado. Y si lo ha hecho es porque el programa ha potenciado esta faceta y ella ha sabido aprovecharlo. A nivel vocal está muy limitada, al menos en los directos. Este tema, que ella odia, será un hit de terraceo. Y, aunque lo odio, tendrá que cantarlo en bucle. Para Eurovisión me parecería una broma de mal gusto.

| TU CANCIÓN | Amaia y Alfred | El amor llevado a la música. Ellos trasladan su historia y los televidentes de cualquier rincón del planeta podrán verlo. Hay una sensibilidad cantada que merece la pena escuchar. Quizá no sea buena estrategia apostar por algo así, después del despliegue emocional de Salvador Sobral, pero ellos serían un tándem de éxito. Siempre que no haya un drama a lo ‘Escondidos’.

| LO MALO | Aitana y Ana Guerra | Pegadiza e irreverente. Aunque ellas no acaban de empastar voces y se hace raro en algunos tramos de la canción. El estilo es actualidad y levantaría a todos del sofá. Los nervios podrían ser muy traicioneros en este dúo. Aportar aire fresco sería un riesgo que merece la pena explorar.

| MAGIA | Miriam y Agoney | El tema ‘rescate’ del canario es un poco descarte. Aunque el dúo funciona, la letra ilusionista resulta un poco infantil. No veo que tenga ese chimpún eurovisivo. Me alegra que él en el directo pueda desplegar talento.   

Veremos qué canción cruza la pasarela para convertirse en historia sonora de nuestra televisión. ¡Qué nervios!

# SÍ · Es positivo que grandes nombres de la música hayan creído en esta edición y limpiar la imagen de este proceso selectivo. Aunque el bochorno del año pasado y el gallo de Manel Navarro forman parte de la memoria colectiva.

# NO · El reducir todo este entramado a una gala dentro del talent me parece insuficiente. Siempre hay que mirar a otros modelos, como el de Suecia, donde saben explotar las posibilidades de Eurovisión con un formato propio.